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Hace dos días terminé mi regalo de cumpleaños, "Hijos de la Mente" de Orson Scott Card, de la saga "El juego de Ender". Soy un enamorado de las sagas y más aún de las de ciencia ficción. Me hacen pensar poco, aunque en definitiva puedo sacar muchas conclusiones de la vida escondidas entre líneas en estos libros.
Me encuentro en una concentración con mi grupo de entrenamiento y en estos viajes saco mucho tiempo para leer, porque cuando los deportistas descansan yo me dedico a planificar, entrenar algo y...también descansar. Y es en ese descanso cuando aprovecho para quemar todas mis naves de lectura, porque no sé cuándo podré volver a aprovechar. No había traído más libros en vista de que no sabía si podría sacar ese tiempo y, la solución fue buscar las librerías locales para ver qué posibilidades nuevas de lectura encontraba.
Estamos concentrados en un pueblo periférico de Logroño, Lardero. Así que decidí aprovechar que los chicos se acercaban al cine en un centro comercial para dejar aparcada la furgoneta y salir a patear el centro de Logroño en busca de sus librerías. Tuve una gran decepción ya que muchas estaban de vacaciones...malas fechas. Pero conocí una cadena de librerías que no conocía, Santos Ochoa, que fue lo más parecido a un comercio local que encontré, ya que, aunque lo hay, decidí no hacer compra en la Casa del Libro porque eso lo tengo todos los días a mano si quiero.
En esta librería, que no es para nada un comercio pequeño, que tiene hasta cafetería integrada en el interior, encontré muchos títulos donde poder elegir. Muchos, menos el que decidí que quería conseguir: "El silencio de la ciudad blanca" de Eva García Saenz de Urturi. Me interesan las sagas, y aunque no sea de ciencia a ficción, la novela negra también me llama mucho. Pero no iba a ser esta la ocasión de comenzar esta trilogía que parece tan interesante. Encontré por casualidad un libro que me llamó por su forma y portada: "Ocho millones de dioses" de David B. Gil. No lo compré inmediatamente ya que incluso cambié de librería para decidirme bien por un libro que me llamara a devorarlo en pocos días. Busqué en dos librerías más pero volví rápido a por un libro que si bien no conocía nada del autor, la sinopsis era interesante. Un cura jesuita debe volver a Japón a desentrañar unos crímenes hacia sus hermanos en la zona, muchos años después de que él mismo estuviera en la isla y le "echaran" por razones que no quiere recordar.
He leído sus 600 páginas en pocos días y me he quedado con ganas de más...por algo me gustan las trilogías! El que esté ambientado en el Japón feudal me llama la atención de por sí, pero es que además, el momento de la saga El juego de Ender en el que me encuentro también está ambientada en un planeta con la cultura japonesa como base...coincidencia? No lo creo. Seguro que es por esto que me lancé a por él.
El autor enlaza muy bien las dos culturas, cristinana y samurai, para hacer que los protagonistas principales se entiendan: un cura jesuita y un joven labriego obligado por lazos familiares a ser escolta samurai del anterior. La rectitud del japonés en términos que estarían fuera de toda lógica en la cabeza del jesuita terminan por fascinarle e imbuirle un respeto por su cultura y su fe que ninguno de sus compatriotas, o casi ninguno, habían tenido en Japón durante los años de misión allí.
Finalmente descubre el entuerto de los crímenes contra sus hermanos con la ayuda del samurai y de varios japoneses más de diferentes estratos y con diferentes situaciones, pero que colaborando buscan prosperar en un momento y en un país en el que los intereses políticos marcan el devenir de todos y todas que pisan dicho suelo. ¿Y no es así en la actualidad y en cualquier lugar? Los libros siempre me hacen pensar y me ayudan a desenmarañar las ideas que tengo para poder avanzar en la vida.
Por esto...lee!
Me encuentro en una concentración con mi grupo de entrenamiento y en estos viajes saco mucho tiempo para leer, porque cuando los deportistas descansan yo me dedico a planificar, entrenar algo y...también descansar. Y es en ese descanso cuando aprovecho para quemar todas mis naves de lectura, porque no sé cuándo podré volver a aprovechar. No había traído más libros en vista de que no sabía si podría sacar ese tiempo y, la solución fue buscar las librerías locales para ver qué posibilidades nuevas de lectura encontraba.
Estamos concentrados en un pueblo periférico de Logroño, Lardero. Así que decidí aprovechar que los chicos se acercaban al cine en un centro comercial para dejar aparcada la furgoneta y salir a patear el centro de Logroño en busca de sus librerías. Tuve una gran decepción ya que muchas estaban de vacaciones...malas fechas. Pero conocí una cadena de librerías que no conocía, Santos Ochoa, que fue lo más parecido a un comercio local que encontré, ya que, aunque lo hay, decidí no hacer compra en la Casa del Libro porque eso lo tengo todos los días a mano si quiero.
En esta librería, que no es para nada un comercio pequeño, que tiene hasta cafetería integrada en el interior, encontré muchos títulos donde poder elegir. Muchos, menos el que decidí que quería conseguir: "El silencio de la ciudad blanca" de Eva García Saenz de Urturi. Me interesan las sagas, y aunque no sea de ciencia a ficción, la novela negra también me llama mucho. Pero no iba a ser esta la ocasión de comenzar esta trilogía que parece tan interesante. Encontré por casualidad un libro que me llamó por su forma y portada: "Ocho millones de dioses" de David B. Gil. No lo compré inmediatamente ya que incluso cambié de librería para decidirme bien por un libro que me llamara a devorarlo en pocos días. Busqué en dos librerías más pero volví rápido a por un libro que si bien no conocía nada del autor, la sinopsis era interesante. Un cura jesuita debe volver a Japón a desentrañar unos crímenes hacia sus hermanos en la zona, muchos años después de que él mismo estuviera en la isla y le "echaran" por razones que no quiere recordar.
He leído sus 600 páginas en pocos días y me he quedado con ganas de más...por algo me gustan las trilogías! El que esté ambientado en el Japón feudal me llama la atención de por sí, pero es que además, el momento de la saga El juego de Ender en el que me encuentro también está ambientada en un planeta con la cultura japonesa como base...coincidencia? No lo creo. Seguro que es por esto que me lancé a por él.
El autor enlaza muy bien las dos culturas, cristinana y samurai, para hacer que los protagonistas principales se entiendan: un cura jesuita y un joven labriego obligado por lazos familiares a ser escolta samurai del anterior. La rectitud del japonés en términos que estarían fuera de toda lógica en la cabeza del jesuita terminan por fascinarle e imbuirle un respeto por su cultura y su fe que ninguno de sus compatriotas, o casi ninguno, habían tenido en Japón durante los años de misión allí.
Finalmente descubre el entuerto de los crímenes contra sus hermanos con la ayuda del samurai y de varios japoneses más de diferentes estratos y con diferentes situaciones, pero que colaborando buscan prosperar en un momento y en un país en el que los intereses políticos marcan el devenir de todos y todas que pisan dicho suelo. ¿Y no es así en la actualidad y en cualquier lugar? Los libros siempre me hacen pensar y me ayudan a desenmarañar las ideas que tengo para poder avanzar en la vida.
Por esto...lee!
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